Para este fin de semana os enseñamos dos de las fervenzas que están tan de moda, debido a lo que se esconde en ellas.

Ambas, se encuentran en la comarca de Terra da Soneira en el municipio de Zas perteneciente a la provincia de A Coruña.

Para visitarlas, podéis hacer la ruta circular que son acerca de 10km, pero nosotros la hicimos en coche porque queríamos ver la puesta de sol en Fisterre y al llegar era algo tarde.

La primera de ellas, es la Fervenza Do Rabiñoso que cuenta con un desnivel de 45 metros y poco más de 200 de recorrido. El agua, pertenece al Río de Vilar Ramilo, cuyo lecho viste un colorido traje verde formado por una amplia vegetación.

Al margen del paisaje natural, en el entorno también hay importantes muestras de arquitectura popular ya que se ve una vieja «pontella de laxes» que pudo existir en la época medieval ya que la historiadora Elisa Ferreira, escribe en 1988 sobre los caminos medievales de Galicia y habla de uno que pasaba por aquí.

Una vez que lleguéis, podéis aparcar en la carretera y tenéis que bajar por el terraplén que hay a mano derecha siendo lo primero que veréis el molino de la foto.

El lecho del Río, proporciona agua a todos los campos zasenses y esa fuerza se aprovechó para construir un total de 5 molinos en ambos márgenes del río, constituyéndolo un auténtico conjunto etnográfico.

Nosotros el único que vimos fue el de la foto, pero en el cartel ponía que uno de ellos es singular debido a que tiene el tremiñado excavado en la piedra.

Al inicio, el agua es más tranquila pero dé repente coge fuerza contra las piedras. Puede ser que reciba este nombre de «O Rabiñoso» porque parece que salta de piedra en piedra como si tuviera rabia. 

A continuación, podréis ver este rinconcito donde se encuentra este columpio con esas bonitas vistas del transcurso del río. 

Siguiendo el sendero, os encontrareis con la Fervenza de Parga, que está en el medio de ambas. Nosotros no hemos ido, pero os dejamos la información de todos modos. 

Para acabar, la última que nos queda por nombrar es la «Fervenza De Budián».

El acceso a la cascada se hace desde la aldea que le da nombre, un lugar típico gallego. Desde ahí, se enlaza con un camino antiguo que nos adentra en el bosque hasta llegar al río, donde también nos esperan varios molinos, alguno en buen estado. Nosotros aparcamos un poco antes de esa señal y fuimos andando.

Al llegar, veréis una pequeña zona despejada y podréis acceder de frente o por el lado izquierdo llegando a este molino de la foto.

Justo al lado, se encuentra este banco tan enxebre con esa preciosa vista hacia la cascada. Como bien pone en el respaldo, «Galiza Fascina, o Galego Namora» creemos que es la mejor frase para definir esta ruta y este enclave tan maravilloso.

Esperamos que os haya gustado y os animéis a verlas.👌👍 

Indicaros que desde donde somos nosotros ( Vilagarcía De Arousa ), se tarda hora y media aproximadamente en llegar.